Setirse solo estando acompañado




Estar solo, o sentirse solo estando acompañado

Muchas personas se sienten sumamente deprimidas porque dicen estar solas, no encontrar una pareja para compartir sus vidas ni un compañero de ruta.

Sin duda esto provoca tristeza porque todos necesitamos que nos llamen, que nos atiendan, que se ocupen de nosotros. La soledad es una de las peores patologías existentes por todas las consecuencias que trae aparejadas: muchas personas llegan a sufrir dolencias a causa del sentimiento de soledad, tanto orgánicas como psicológicas.

Es normal querer llenar el vacío entrañable que provoca la soledad, pero creo que el sentimiento es equitativo cuando estando acompañados te sentís solo. Esas cuestiones que tienen que ver con despertarte junto a alguien que no te saluda y que quizás ni siquiera notás que ha dormido contigo, desayunar con quien no quita su vista del diario y que hace de cuenta que sos invisible, sentir que acudís sola al médico porque él nunca dispone de tiempo para acompañarte, sentir que nunca tenés un día de encuentro con tu pareja porque siempre está cansado, cenar en la mesa con la televisión prendida para ahuyentar silencios, etcétera.

Esto provoca mayor angustia ya que no elegiste esto para tu vida, pensaste que sería todo diferente, que tendrías con quien discutir y conversar las cuestiones diarias, las cosas elementales de todos los días, compartir los sucesos importantes y las cosas maravillosas y tristes. Pero todo es algo que se fue deteriorando y perdiendo en el ámbito de la pareja y no hay registro del otro lado, sólo notás el vacío vos y te apena porque en cuanto haces alusión a lo que estás descubriendo recibís una cara que expresa que sos una ridícula, como si lo que dijeses fuera un disparate absoluto. Y para restarle importancia vuelve a la tarea que lo ocupaba.

Ahora se sumó la tecnología, entonces el sexo también se puede satisfacer por medio de internet, por lo tanto hay noches que prácticamente no asoma al dormi y terminas enredada entre tus almohadas esperando que llegue el amanecer para despertarte y volver a comenzar el día. Todo se vuelve monótono y aburrido y cada vez la soledad resulta más agobiante, sentís que podés disfrutar de pequeñas cosas como el día que le dedicás a tus amigas, ya que por lo menos sos escuchada y ellas te dicen lo que tanto esperas escuchar y es que estás bárbara, que te digan que no tenés arrugas o que lucís como siempre, aunque detrás del maquillaje sientas las arrugas provenientes de toda la tristeza acumulada.

Pero peor que sentirte sola, aunque estés acompañada, es darte cuenta que no despertás la atención de tu pareja para las pequeñas cosas en las que antes te sentías atendida y conformada. "¿Qué pasa que ya no me invita a escaparnos un fin de semana para reencontrarnos íntimamente? Lo único que puedo llegar a escuchar es que tiene un viaje de negocios y que se va con su socio, que organizó con sus amigos de modo cuasi adolescente una escapada a esquiar y que me quede atendiendo a las chicos". Y claro, si podés además que llames a ver cómo anda todo en su oficina, que tiene un evento así que llegará tarde y que no lo esperes a cenar, que se le complicó para llegar a tiempo a una reunión del colegio así que después le cuentes las novedades, etcétera. Todo esto también forma parte del sentirte solo.

Y cómo olvidar los olvidos de las fechas importantes, los halagos, los agasajos, los regalos, las flores para sorprenderte o el besito de despedida.

También existen otras conductas típicas como el tema de olvidar darte el dinero para los pagos de la casa, cuestiones que para él son menores y a vos te ocupan la mente, que se olvidó de pagar la tarjeta de crédito y no se preocupó si tenés para el supermercado y aunque parezca trivial estas son cuestiones que ayudan a sentirse solo, solo para estar en todo lo que el otro deja abandonado o pierde el interés de atender.

Pero yendo a las cuestiones más emocionales y sin querer darle una valoración al tema menor al que tiene, sentirse solo estando acompañado es algo insuperable para muchos. La salida implica en algunos casos pedir el divorcio al compañero porque no se soporta más ese estado crítico de la pareja en donde funcionan como dos desconocidos, y esto provoca más angustia, no se tiene en claro cuál es el verdadero sentimiento, si el de querer buscar otro compañero y no sentirse tan solo o si poder darle un giro a esta situación y llegar al diálogo para darte una oportunidad a ese vínculo.

La complicación surge cuando uno se siente solo pero el otro dice que no nota nada extraño y que para él no tienen ningún problema, que todo parece funcionar perfecto. Entonces, sin duda, ¿a quién se le cree? Hay que creerle a ambos, cada uno tiene su visión y forma de ver y sentir las cosas y sin duda si alguno se siente mal o disconforme es que debe tener sus razones. Hay dos posibilidades: o uno está negando la situación porque tiene terror a los cambios o realmente no cree que este pasando nada o puede que quien dice sentirse mal esté exagerando la situación o realmente se sienta mal porque nota que algunas cosas han cambiado y evidentemente afecta sólo a uno de los dos.

En estos casos mi mejor consejo es ofrecer una terapia de pareja para tratar de dilucidar bien el problema, y poder ayudarlos a salir adelante. Hay cuestiones que dificultan la tarea del profesional y es cuando uno de los dos rechaza ser ayudado, cree que todo se resolverá por sí solo. La gente todavía no se da cuenta cuántas parejas se encuentran con estas dificultades y a medida que pasan los días las dificultades se agravan, creciendo la tensión entre ambos. El sentimiento de soledad se vuelve más intenso e insoportable, aunque uno de los miembros de la pareja no quiera dar cuenta de que algo está sucediendo. La realidad se vuelve insostenible hasta que viene la explosión y sale a la luz el conflicto, a veces por motivos ajenos al verdadero problema o aparece el reclamo, o también uno de los dos se agota y decide terminar.

Es común escuchar de parte de quien hacía caso omiso a las continuas demandas que no entiende esta actitud porque todo estaba en orden y que su sentimiento era el de estar mejor que nunca.

Quiero decir que no siempre el sentimiento de soledad estando acompañado se comparte y se vivencia de la misma forma en ambos, a veces sólo uno de los miembros de la pareja se siente así de mal y es algo que siente y que expresa. Pero no es considerado como un problema para ambos, esto también se siente como una desatención hacia los reclamos y pedidos de ayuda.

En esta época se escucha a un gran porcentaje de parejas sufrir por sentirse solos aunque estén acompañados. Tampoco es cierto que encontrar la pareja, casarse y formar una familia asegure el cien por ciento que uno no va a sentirse nunca más solo. Algunas personas eligen compañeros inadecuados con hábitos diferentes y gustos también y por ahí cuando quieren satisfacer sus deseos no pueden compartirlos porque su pareja no resulta ser compañera para muchas cosas.

Siempre existe la posibilidad del diálogo y el encuentro si ambos están dispuestos a escuchar y ser escuchados. Hay cosas en la vida que si no se experimentan no se pueden saber los resultados, la idea es crear la conciencia de poder pedir ayuda a tiempo.SANDRA LUSTGARTEN
FOTO AUTOR

Lic. en psicología-sexóloga. Miembro de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana. Especialista en Educación sexual y experiencia en el tratamiento de terapias de pareja e individual sobre disfunciones sexuales

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